Pedir un préstamo al banco es una decisión importante, y negociarlo correctamente puede marcar la diferencia entre pagar mucho más de lo necesario o conseguir unas condiciones que realmente se ajusten a tus necesidades.
Prepara bien tu perfil financiero
Una de las primeras cosas que mirará el banco antes de ofrecerte cualquier tipo de préstamo es tu perfil financiero. Esto significa que debes asegurarte de que tu historial crediticio está limpio, que no tienes deudas impagadas y que puedes demostrar unos ingresos estables.
¿Por qué es importante esto? Porque cuanto más seguro se sienta el banco sobre tu capacidad para devolver el dinero, mejores serán las condiciones que te ofrezcan. Si el banco percibe que tienes un alto riesgo de impago, te subirá los intereses o te impondrá más comisiones.
Por lo tanto, si has tenido algún impago en el pasado o estás en el paro, es posible que primero debas centrarte en mejorar tu situación financiera antes de negociar.
Una buena táctica es preparar una pequeña “presentación” financiera antes de la reunión con el banco. Incluye tu contrato de trabajo, tus últimos extractos bancarios y cualquier otro documento que demuestre que eres un buen pagador. También es recomendable que cuentes con ahorros que puedas usar como aval, lo que también genera confianza en la entidad bancaria. Cuanto más solidez financiera demuestres, más fácil será negociar.
No aceptes la primera oferta: compara y contrata
Una vez que tengas preparado tu perfil financiero, el siguiente paso es hacer un recorrido por varias entidades bancarias.
No te conformes con lo primero que te ofrezcan, porque los bancos suelen ser más flexibles de lo que parece, sobre todo si ven que tienes opciones con la competencia. Además, aunque a primera vista las diferencias entre ofertas parezcan mínimas, una décima en el tipo de interés puede suponer un gran ahorro a largo plazo.
Es importante que hagas uso de comparadores online, pero también que vayas en persona a los bancos y plantees la negociación directamente. No tengas miedo de pedir mejores condiciones. Los bancos prefieren ofrecerte mejores términos antes que perderte como cliente. Utiliza las ofertas de otros bancos como carta de negociación, y no dudes en presentar las distintas propuestas que has recibido para conseguir lo que más te conviene.
Negocia más allá del interés
Cuando pensamos en negociar un préstamo, solemos centrarnos solo en el tipo de interés, pero hay muchas otras cosas que puedes negociar con el banco. Por ejemplo, las comisiones de apertura, el plazo de amortización o las condiciones de los productos vinculados, como seguros o tarjetas de crédito.
Las comisiones de apertura y cancelación anticipada son otros puntos clave a tener en cuenta. Muchas veces, aunque el tipo de interés sea atractivo, las comisiones pueden encarecer mucho el coste total del préstamo. No dudes en solicitar una revisión o reducción de estas comisiones, y si es posible, negocia para que el banco te las elimine por completo.
Por otro lado, presta atención a los productos vinculados. Es común que los bancos te pidan que contrates seguros, tarjetas de crédito o planes de pensiones a cambio de ofrecerte un tipo de interés más bajo. Aunque a primera vista parezca una buena oferta, es importante que evalúes si realmente necesitas esos productos o si, a largo plazo, acabarás pagando más por ellos que por el propio préstamo.
Si no te interesan, plantéale al banco eliminar estas vinculaciones y trata de obtener mejores condiciones sin necesidad de contratar otros servicios.
En cuanto al plazo de amortización, aunque pueda parecer que un plazo más largo te dará más flexibilidad con las cuotas, también implica más intereses acumulados. Negocia plazos que te permitan pagar cómodamente, pero sin alargar innecesariamente la vida del préstamo.